Tocando la puerta de las galerías.
Fui a este lugar que se llama La casa mágica (para no balconear). hermoso, lleno de artesanías y arte. Fui con tres cuadros chiquitos para ofrecerlos para alguna colectiva o algo así. yo con ideas sobre lo que es la tienda. pensando es una galería que tiene como la mezcla perfecta entre lo que es artesanía y lo que es arte, como que logra un vínculo bien equilibrado, armonioso, donde ni el arte está por sobre la artesanía, ni ésta está tan lejana de ese arte que cuenta de la cultura de acá. la gráfica adaptada ya, la pintura en el tema de lo mágico mitologizado. mitificada la artesanía, mitificado el artista. de eso poco a poco me voy dando cuenta mientras converso, acá platico, con el dueño que es el hijo, joven y seguro de sí mismo, del que creó esta galería, que no gusta del arte personal, o que tal vez no lo ha descubierto aún. y la galería no va de eso. va de lo tradicional. Daniel me dice que se nota que le falta algo a mi pintura, me da entender. y es que yo he ido a ofrecer algo, y no le encanta. no tiene porqué gustarle, pero yo me la había jugado por que sí y ya estamos en la parte en que él está criticando mi obra. ¿cómo llegamos ahí? ¿por qué me puse en ese lugar? si yo ni hago el tema de la magia. Pues porque hay que ir a las galerías para encontrar un lugar donde mostrar. es lo que hacen los artistas. no puedo hacer todo esto y dejarlo guardado. o sí, claro que puedo, pero no quiero. lo que quiero es que acepten mi arte. que se venda y yo pueda pagar las cuentas y algo más con eso.
Tratando de ir más allá de sentirme como una novia abandonada en el altar, creo que podría concluir que hay que averiguar un poco bastante más sobre la galería antes de lanzarse así a una reunión en persona en frío. lo loco es que al final tuvo que reconocer que le gustaba, mirando toda la obra que tengo en Saatchi Art, ahí frente a la pantalla que se empezó a divertir con mi obra, y la pudo ver hasta el punto en que se podría haber interesado por una. pero este formato en que la gente pasa y le ofrece cosas es diario, me dice, y luego me dice que a él le gustan los muralistas. lo indigenista, y usa esa palabra. los cuadros que yo vendía el 2019, con jóvenes con rasgos latinos. eso le gustó. hace algunas distinciones entre lo que es un personaje y lo que es una persona real. yo le digo, son todos personajes. me dice no se entiende de qué va, para dónde va la idea. le digo que yo tampoco sé. le digo que se trata de que él vea lo que se le ocurre. le explico que yo hago algo personal. es surreal porque no hay más donde ponerlo, pero en realidad es fantasía. puedo hacerla le digo, porque tengo otro trabajo para pagar las cuentas, tengo dinero por las clases de inglés, le explico, digo que por suerte no me apura vender, y me dice: a lo mejor por eso es que no siente que haya llegado a un lugar. y que me exalto y le pregunto si el cree que si yo dejara mi chamba y me dedicara 100% a pintar sin pensar de qué voy a vivir, así mi obra se vería más sólida? eso es un mito, le digo, yo, this old lady, a este joven que colecciona arte también, pero no tiene idea de lo que significa ser artista. tiene una idea mágica del arte, de eso me percato, y no tiene nada que ver con lo que yo hago.
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