18.12.15

en proceso de autorretrato

No creo que haya algo más complicado. Igual aquí va. No tengo nada que perder. Primer borrador. Copiado de una foto del celular.


de lo espiritual en el arte

la pintura es una postura política. es la resistencia a la producción industrial. es pariente de la artesanía que se pinta, hija de la imaginería de las religiones. es la tradición de la representación de ideas de manera plástica. 
puede ser una producción moderna, actualizada, de lo plástico. puede verse antigua, vieja, usada. puede insertarse perfectamente, o pasar desapercibida. tiene tantas apariencias, es imposible verla en toda su magnitud. 

la Pintura con mayúscula, es una creación humana, es la obra humana de lo que no usa palabras ni números para construirse. es un moldeado directo sobre la materia, con el mínimo de herramientas. su tecnología es artesanal. 

Y la pintura usa el color, con lo que los seres humanos tenemos una relación completamente subjetiva, para producir un efecto. un efecto buscado de esa manera no puede ser unívoco. el efecto es percibido de manera diferente por cada individuo. la pintura busca evocar un sentimiento en el espectador que solo se puede percibir por medio de recursos propios del espectador. la pintura es por tanto igual que un enunciado o una idea en el sentido de que es producida por un productor y evoca un sentido cuando es visualizada. pero es una expresión unidireccional sin posibilidad respuesta. el creador a veces no ve los efectos, y puede que nunca sepa el alcance de su obra. es por eso que una obra de ese tipo, tan ambigua, no se presta para ser medida.



 

13.11.15

el camino de la pintura


Puedes estar pintando y darte cuenta que estás tratando de copiar algo. Es posible que no quisieras estar haciendo eso, pero no lo sabías, no sabías muy bien qué estabas haciendo. la mano hace y el resultado es algo inesperado. tu pintura no es como lo que ves, lo que ves es tu modelo, lo que sea, un color, una foto, la realidad, una imaginación. en ese momento puedes decidir si quieres copiar o, si quieres explorar algo nuevo. Nunca es tan clara la división, entonces el resultado, la obra, es una mezcla de intensiones, por un lado, de copia, de mimetismo, mínimo pero esencialmente mimetismo, que busca una figura reconocible supuestamente por una buena mayoría de supuestos espectadores. el camino del mimetismo, es el que hay que seguir para ilustrar, por ejemplo.

el otro ingrediente de la mezcla es la consciente exploración de imágenes fuera del ámbito de lo conocido. la búsqueda, activa, tras la posibilidad de encontrar combinaciones, de figura y color, que comuniquen algo que aunque no sea inteligible, que haga la finta, pues, de que podría corresponder a algo que evoque o provoque algo nuevo.  ¿cómo se percibe internamente la búsqueda activa? por la constante edición de lo que se va intentando. se corrige y se corrige hasta que el efecto es uno que nos agrada según un criterio estricto y misterioso en cuanto que no está muy bien verbalizado. de hecho puede que no esté verbalizado para nada. 

el punto es que el pintor decide interpretar las acciones, interpretar los gestos, las pinceladas, como lo hace una bailaora o un bailaor. la pintura siempre ha sido un receptáculo de interpretaciones, asociaciones libres, viajes y amores. los pincelazos, los colores, todos están en la pintura significando algo, para el que pinta. incluso un color, sin figura, puede llevarnos a un lugar emocional. si el que pinta no quiere llegar a ningún lugar conocido, es muy posible que explore algo que en consenso se ve feo. la estética de lo feo, de ese tipo italiano, su libro, se queda tan corto explicando lo que ocurre en la búsqueda. es un historiador, mira las imágenes y narra historias, lo que ve se queda en su territorio. 

creo que el arte contemporáneo intenta darle significado a las cosas más banales. lo de todos los días. lo que no tiene significado, aparatos, estructuras arquitectónicas, envases, productos masivos. el autor y la experiencia de hacer están desconectadas de la materialización de la obra, en la obra no está el quehacer del artista. es entonces un comentario con objetos, una idea con un collage elementos. pienso que igual podría tener su qué. creo que muchas piezas podrían ser bellas y seguir teniendo comentarios sobre la vida. si esos comentarios son sosos, por último quedará una obra agradable.

o no.

se puede seguir el camino de dejar atrás incluso eso, la búsqueda de lo agradable. podemos embarcarnos en una exploración de lo más atroz que podamos imaginar, para enfrentarlo y decir que ya no le tememos, o para ver, si en esa oscuridad, como decía el de los archetipos que fue nombrado suficiente, existe algo que podemos rescatar. un fuerza. así van los ritos de iniciación, no?


2.10.15

bitácora. observaciones durante el proceso de esta pintura




surge esta idea: *como si fuese crochet* y cuando voy a la realización no queda, no puedo hacer algo para representar eso que creo que representa mejor al crochet. a su textura, o su delicadeza, o quien sabe qué idea que tengo asociada a esa imagen.
De todos modos voy a la pintura con esa idea, voy al pincel que agarra una pasta de un color que embarra con otra que quién sabe qué color saldrá pero más o menos ya sabemos y entonces nos vamos por ahí, intuyendo, hasta llegar a un color que pudiera representar esa idea que tenemos en la cabeza que para este momento ya se esfumó.
Por eso la experiencia de pintar se puede definir así y no está mal: es tomar color, pintar y ver qué pasa. Sólo después viene algo de cálculo y edición. Es ahí cuando pruebo esos valores de edición que aprendí leyendo, o quizás que aprendí por error, por probar, por copiar, porque están en la memoria de ver tanta pintura, o simplemente por seguir una idea que nos parece divertida. por ejemplo, la belleza.
Todo ese camino de ida y de regreso, de probar y errar, hasta darme cuenta que ya es mi hora para decir qué es bello. En la pintura se subentiende que estoy hablando de mi gusto, y mi expresión no se percibe como la de una presumida sabelotodo como pasa cuando me da por hablar de la belleza. La búsqueda de la belleza es entonces un tema método, es una manera de ir construyendo la imagen. Podrían tomarse otros valores, como por ejemplo: calma, paz; o intensidad; jovial o formal, a todas esas ideas se les puede asociar una forma. En este hacer podemos seguir un camino ya seguido, o explorar otros nuevos que no hemos probado. Pensar qué no hemos probado, por ejemplo, yo no he probado mucho con el negro, y luego ejercitar con eso.

El camino que quisiera recorrer ahora es cruzar desde la pintura a la ilustración, pintando. Instalarme en la ilustración pintada. entender sus tiempos y sus detalles. el camino tendrá que permitir un texto, la pintura inspirará el texto que debe ser una narración. Esta regla voy a considerar: pintar poniendo pigmento color, pasta pintura hasta que no se vean transparencias indeseadas y el color esté sólido. nada de aguadas.




9.8.15

una posible idea. un posible camino.
comenzar de nuevo, desde cero, desde que empecé a pintar. retomar el estudio del proceso. ash.
no

24.6.15

Sobre la sección áurea

Aquí un buen artículo para la discusión... conmigo misma.

http://naturography.com/the-golden-section-hypothesis-a-critical-look/

9.4.15

Yo no soy mis imágenes. Yo soy ilustradora.

Cuando asistí a lo que en la FAD llaman "propedéutico" para el doctorado en pintura, el maestro que estaba supuestamente ayudándonos a entender lo que es una investigación en la FAD nos pidió que trajéramos muestras de nuestra obra. Con toda la arrogancia que le permitía su puesto vitalicio se permitió hacer juicios de nuestra obra, y como si fuera una ventanilla de atención al público fue revisando portafolios sin ningún otro criterio mas que el de su propio gusto. No estaba claro porqué eso nos ayudaría a entender mejor lo que es una investigación en producción. Y que tenía un doctorado en educación, nos dijo.
Yo llevé una carpeta con los trabajos que había estado haciendo para una investigación sobre la técnica mixta digital, tenía cosas impresas en un plotter Epson en tinta indeleble, en papel de algodón que luego había pintado con acrílicos, y había una serie de pasos manuales y otros digitales que invitaban a preguntas ya quizás pasadas de moda, sobre reproducción, sobre herramientas, sobre estéticas híbridas. Eran ejercicios que servirían para arrancar la investigación. No, no tenía mucha carnita mi propuesta, ni orden ni objetivo claro, pero eso no es lo que quiero tratar aquí. Esto se trata de lo que dijo este maestro cuando vio mis trabajos, y fue esta pregunta: "¿pero dónde estás tú aquí?"








Este señor esperaba que yo "estuviera" en mis obras.

Todos los diseñadores trabajan para alguien, e incluso cuando tienen obra propia, están trabajando para una idea, es una imagen para un concepto. Los ilustradores, que en la academia son un subconjunto del área de diseño, están todavía más enfocados en servir a un projecto encargado por alguien más, una editorial, una revista, etc. La idea de ser un diseñador profesional está un poco peleada con la idea de tener una manera de hacer las cosas que es única y reconocible. La idea de que el diseñador va a estar presente de alguna manera en la imagen, más prominentemente que la marca, por ejemplo, no es muy profesional. Esto no quita que sea cierto que hay marcas que pagan para que un artista con una obra repetitiva y monótona sea representante de la marca.
En general podemos decir que para diseñadores profesionales sirviendo a un cliente lo que importa es la marca, no el diseñador. Entonces esta pregunta sobre si uno está o no en su obra, no es una pregunta relevante como aparentemente lo es para los pintores.
Un diseñador puede tener un estilo, una manera de resolver los encargos, o no, el asunto es que no es requisito para hacer algo bien. De hecho para la solución de un encargo puede hasta ser negativo que esa solución se parezca a la solución que uno hizo para otro cliente que está en otra industria, por ejemplo.
Y esta idea, esta idea que persigue a algunos creadores, de que tenemos que tener un estilo, es una idea que sirve para que personas como este señor del propedéutico nos puedan identificar: ah, tú eres la de las mujeres con pájaros en la cabeza, ah, tú eres el de los luchadores, ah tú eres el que pinta todo de rojo. También es la típica recomendación que se da para quién quiere mostrar un portafolio. Pero, ¿es una buena recomendación?

El diseño, y sobretodo la ilustración de literatura, es una amalgama de lo propio, lo que conoce el artista, y las ideas que están en el encargo, el libro o el cuento, es decir, en otro autor. Es un trabajo a cuatro manos, donde el que diseña o ilustra deja de estar preocupándose de mirarse el ombligo para luego retratarlo. En el diseño y la ilustración se trata de pensar qué es lo que serviría mejor al encargo.
Hay pintores que son capaces de crear un mundo nuevo porque ellos mismos son autores de las ideas que luego serán ilustradas. Los pintores que elegí en mi tesis de maestría, Colunga, Toledo y Lezama, son de esa tradición. La pintura de lo fantástico es posible cuando el pintor ha creado un mundo en su cabeza que luego puede reproducir. Ese pintor se tiene que creer su cuento. No se trata de que ellos "estén" en su pintura, ellos de hecho, han dejado lo personal para retratar algo ajeno a ellos, aunque eso puede llegar a ser tan íntimo como una creencia. Es de ahí que surge una verdadera creación.

Esta idea de que nosotros somos nuestra obra es una idea que no tiene sentido en la investigación en el arte, o dicho de otro modo, me parece que mientras un artista no quiera ver qué hay detrás de esta idea de "ser su trabajo" no podrá tener ninguna objetividad para investigar una obra. Si los maestros encargados de explicar una investigación doctoral hecha por un artista están esperando que ese artista hable en términos de "ser o estar en la obra" yo no veo cómo esa puede ser una investigación seria.

Me está gustando muchísimo la ilustración porque este tema de lo personal en el arte tiene su justo lugar: el objetivo de la imagen es servir una idea, no se trata de servirme a mí, ni a mis ideas que en mi caso no tienen ningún rigor ni disciplina narrativa detrás. Pero, ¿con qué aporto al encargo? Obviamente que con lo personal, con todo lo que he visto y aprendido, con todo lo que he vivido y lo que soy capaz de dibujar y colorear.
Ilustrar es navegar con la idea de alguien que sí invirtió trabajo y esfuerzo en una historia, en un personaje, en una visión novedosa del mundo, para luego pintar lo que se alucina en ese viaje.

Yo no soy mis imágenes. Yo soy ilustradora.