3.1.16

Apagando la luz

La lección del taller de Marco Aulio, una de tantas, era sobre la necesidad de "apagar la luz". El problema de este cuadrito es que estaba demasiado luminoso y al contrario de lo que se podría pensar, demasiada luz (colores opuestos/complementarios, sin sombras/colores sucios) es una lata.
Y ahora editando este cuadro que no me parecía satisfactorio voy asociando cosas. Antes una aclaración: existe la posibilidad de que no haya una sola manera de que este cuadro esté bien, por lo tanto existen varias maneras en que me puede satisfacer. Pero, lograr que una pintura satisfaga a lo largo de un período largo de tiempo, más de un año, es más trabajoso si los estado de ánimo son muy extremos. Un criterio para dar por terminada una pintura es ver si satisface por un tiempo largo: un año. Como eso no ocurrió con esta, la estoy editando.





Lo que me parece interesante de anotar sobre este proceso de edición de este cuadrito es la relación con mi proceso físico/emocional en el año pasado. Después de un tiempo más o menos largo de escape hacia la luz, de un semestre de trabajo para pagar cuentas y de fines de semana de distracciones improductivas, para terminar en colapso de tren de vida y tener que recoger pedazos de mi persona para construir otro plan de vida que no incluya escape psicotrópico, por fin estoy lista para incorporar las sombras. lo interesante es que estéticamente me complace mucho más, como un alivio. 
Dos notas más. El colapso de estilo de vida "trabajoparapagarcuentasconescapedefindesemana" empezó cuando mi querida maestra de baile me dijo, corrigiéndome la intensión en el movimiento, algo así como: menos rabia y más tristeza. Eso fue justo en el clavo. 
Y ayer, un querido amigo me dice, luego de narrarle todas mis peripecias emocionales en el último semestre: y porqué no pintas todo eso? mi respuesta automática fue, porque no es bello. Sin embargo, eso no es cierto. La manera en que se incorporan las sombras de la vida emocional en un cuadro es precisamente por medio de los colores oscuros, y lo interesante es que el resultado es mucho más interesante.
Suena bien jungiano todo esto. Como decía mi maestro Julio todo el tiempo: en esto de la pintura no hay certezas.

1.1.16

Ayer quedándome dormida pensé algo que tenía sentido. la idea de una serie, de un tema, es un problema que por lo menos en este momento podría dejarlo de lado. me refiero a qué voy a a pintar ahora.
la idea de pintar cada vez un cuadro, sin pasado ni futuro, me alivió. me hizo sentir que podía empezar a recuperar el placer de pintar, que con placer podría llegar a algo más interesante que con un programa. 

la narrativa y la ilustración de ideas e imágenes es un camino muy distinto al de la pintura. la diferencia está en la energía con que pinto. la energía mental, que ya está probado es lo que necesitamos para pensar algo complejo y que consume glucosa, es muy distinta. por lo menos al principio, en el momento de iniciar un cuadro. es más fácil y menos tortuoso, dejarse llevar por lo que sale. y luego editar. 
mi proceso más preciado es el de descubrir cosas en la manchas. eso me lo permitía el óleo y aún no he encontrado la manera de hacer una pintura lo suficiente fluida con el acrílico como para que eso suceda. por lo tanto todo el proceso con los acrílicos consiste en pensar más o menos la imagen final, desde el principio. por medio del dibujo. podría decir que los acrílicos son limitantes en ese aspecto.
voy a volver a recuperar ese sistema de creación de imágenes que es el más placentero, ahora con acrílicos. 

por otro lado, siento que es más fácil experimentar con el color usando acrílicos. debiera ser igual. y ya diré porqué no lo es.

pintar con una agenda es extenuante porque se pierde el goce del descubrimiento. pintar con una agenda, por ejemplo, hacer un retrato, es un encargo, es un proceso de satisfacer un pedido, es comercial, es mercantil, o así lo siento ahora y con esa idea que no me agrada no puedo fluir. si ya quedó muerta y enterrada la idea de encargos, el pintar es hacer camino, cada vez. nadie a quien complacer mas que a mí misma, y misma no quiere competir ni vender. el producto es el resultado de un trabajo de placer. la estética sirve a la pintora que por su personalidad quiere establecer conexiones, crear composiciones que sean producto del azar y la edición. cada vez la razón modificando, respondiendo a la intuición, al impulso irracional, en el ejercicio de pensar una solución para el caos, para la violencia del flujo de las asociaciones.