10.12.12

Taller de pintura con el maestro Marco Aulio Prado







Para este semestre traje tres óleos de 60 x 90 en distintas etapas de bosquejo y los terminé con la ayuda del maestro.
Me parece que es pertinente hablar de la manera en que he trabajado con el maestro Marco Aulio debido a que poco se escribe de esto y los maestros mismos no explican sus procesos de manera que uno pueda saber de antemano de qué se trata la enseñanza de la pintura.
Primero que nada se trata de un asunto que sucede con tiempo. Lo que enseña el maestro es a dejar que con el tiempo uno vea lo que “el cuadro necesita”. En la manera como yo trabajo el cuadro es una relación de elementos y colores que no conozco de antemano. No tengo foto, paisaje, ni modelo que copiar, todo lo voy a inventar. En este proceso entonces hay que ir corrigiendo y armando la relación de la forma y los elementos. Cuando uno pinta una sección, la adyacente cambia en consecuencia y hay que corregirla para que siga habiendo armonía. Pero no siempre uno sabe para dónde se puede mejorar y esto toma años de experiencia. La experiencia del maestro no sólo está en ver aquello que le falta al cuadro, que ya es bastante difícil de mostrar a un alumno, sino que también tiene que saber cómo se corrige y se enriquece la forma y el color. El maestro entonces puede ver el camino y sugerirlo con palabras, luego uno lo ejecuta para comprobar si el maestro tenía razón o no. Incontables veces descubrí que mi pintura se enriquecía con estas sugerencias y si estos 3 cuadros finales aparecen más bellos que otros de mi autoría es por estas sugerencias.
Marco Aulio enseña la manera académica que persigue belleza. La belleza la entiende como armonía, composición equilibrada, en forma y color. Buen dibujo en la base, colores definidos, dominio de la materialidad. No se trata de hacer cualquier cosa de cualquier manera. Hay reglas en las veladuras, cómo y cuando se pone el blanco, cómo y cuando se empasta, se sombrea, se ilumina. Las reglas todas apuntan a la belleza, a lo agradable, a los valores tradicionales de la pintura desde las técnicas decimonónicas hasta las modernas. Hay que aprender a respetar el código de la pintura si uno quiere belleza. El maestro entrega las herramientas para superar lo feo, lo mal facturado, y esa es mi meta, muchas veces. Aunque no esté de moda.
El trabajo de la pintura académica tiene algunas reglas que el maestro las repite una y otra vez: apagar la luz, construir desde lo oscuro hacia la luz, retirarse y mirar desde lejos, equilibrar, armonizar los colores. Corregir, volver a empezar, todo tiene remedio, sin prisas, explorar hasta dominar la forma y el color para que de placer a la vista.



Pintar es una manera de conocerse, de encontrarse. También de educar el ojo a ser sensible a lo bello, a lo estéticamente agradable, para después deshecharlo si uno no está de humor para lo bello. Pero de que existe, existe. Es educar la mano a obedecer la sensibilidad y la inteligencia para no dejar de hacer belleza por falta de conocimiento sino por voluntad.
Por pudor, por la moda aséptica en que se ha convertido la enseñanza del arte en donde el placer y la belleza están castigados de participar, conversar sobre las metáforas de vida que encontramos en el oficio de pintar es cada vez más raro. ¡Gracias, Maestro!

Hay un aspecto en el que no he seguido el camino académico y es en cuanto a la composición. Me parece a mí que para la pintura de lo fantástico que yo hago la composición académica que construye las superficies geométricamente, no es un requisito ineludible. He descubierto que para la producción de fantasía la relación de los elementos en el cuadro pueden surgir a partir de una trama abstracta (un recorrido orgánico, o como de fluidos) que no hace referencia a nada y que su función solamente es la de crear esas guías en donde las formas se pueden apoyar de manera que todo quede integrado y equilibrado. No es un desprecio por la composición académica sino el resultado de una inclusión más íntima entre composición y figuras, porque mis figuras surgen de esta trama en un proceso alucinatorio a lo Matta. No podría yo generar estas figuras si hiciera una trama geométrica, estas figuras no se someten a una trama abstracta sino que son hijas de ella.



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